En el verano de 2023, la Organización Marítima Internacional (OMI) estableció objetivos ambiciosos para la descarbonización de la industria marítima: una reducción del 30% de las emisiones para 2030, del 80% para 2040 y alcanzar cero emisiones para 2050. Para alcanzar estos objetivos se necesita un enfoque triple que incluye: una mayor eficiencia energética de los buques, un estándar global de combustible para incentivar la adopción de energía de cero emisiones y un precio universal (levy) para emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de los buques con objetivo de garantizar que la transición del transporte marítimo no deje a ningún país atrás. 

Estas tres medidas estarán en la agenda de las próximas negociaciones de la OMI, ISWG-GHG-17 y MEPC 82, en septiembre y octubre en Londres. Ahora que los 175 estados miembros de la OMI ya han acordado finalizar y adoptar levy y un estándar global de combustible en abril de 2025, es el momento decisivo para resolver procesos políticos ambiciosos que puedan allanar el camino para una transición efectiva y equitativa hacia un transporte marítimo sin emisiones. 

Una acción ambiciosa es esencial no sólo para nuestros esfuerzos globales para luchar contra el cambio climático, sino que también aporta importantes beneficios para la salud de los océanos, incluida la reducción de la contaminación acústica submarina, los derrames de petróleo y la frecuencia de los choques con ballenas. 

 Una jerarquía de herramientas para una transición fluida 

Para garantizar una transición exitosa hacia un transporte marítimo sin emisiones, se necesita una jerarquía clara de herramientas. Esto comienza con la mejora de la eficiencia energética en toda la flota mundial, seguido de la adopción de métodos de propulsión avanzados, principalmente tecnología eólica. Esto se ve respaldado por la introducción de un estándar global de combustible y un levy. 

Al centrarse primero en maximizar la eficiencia energética, la industria puede reducir significativamente su consumo de combustible, reduciendo así la demanda general de combustibles renovables. La propulsión eólica es el siguiente paso y ofrece una solución escalable y fácilmente disponible para reducir aún más las emisiones. Finalmente, el estándar global de combustible y un ambicioso levy de al menos 150 dólares por tonelada de emisiones impulsarán la transición al establecer objetivos claros de emisiones y proporcionar los incentivos financieros necesarios para apoyar un abandono justo y equitativo de los combustibles fósiles. 

Eficiencia Energética – La Primera Línea de Acción: 

Aprovechar la eficiencia energética en toda la flota mundial es una de las mayores oportunidades de descarbonización. Medidas simples pero efectivas, como la limpieza regular del casco bajo el agua (con recogida(1)), pueden ahorrar entre un 6% y un 10% de combustible por viaje, mientras que la limpieza del casco a dique seco puede mejorar el ahorro de combustible entre un 15% y un 18%. El Indicador de Intensidad de Carbono (IIC) de la OMI sirve como una herramienta crucial aquí, impulsando a la industria a mejorar la eficiencia operativa. Fortalecer el IIC para exigir una mejora de la eficiencia energética de, por ejemplo, hasta un 38% para 2030 en comparación con los niveles de 2018, impulsará la adopción generalizada de tecnologías como la propulsión eólica y la reducción de la velocidad. 

Medios de propulsión: liderados por el viento y respaldados por el estándar global de combustible y Levy: 

La tecnología eólica ofrece beneficios inmediatos y sustanciales, ya que la modernización de los barcos para incluir propulsión eólica puede ahorrar hasta un 30% en el consumo de combustible por viaje. Si la flota mundial adoptara la tecnología eólica abordo, la demanda de combustibles renovables podría minimizarse, lo que permitiría que más energía limpia descarbonice otros sectores. El estándar global de combustible seguirá guiando esta transición estableciendo límites a la intensidad de los GEI de los diferentes combustibles. Esto incentivará la inversión en combustibles renovables de cero emisiones y garantizará que el cambio a métodos de propulsión más limpios, como el viento, se produzca de manera estructurada y eficaz. 

 El papel esencial de un levy equitativo en una transición justa 

Un levy fuerte, fijado entre 150 y 300 dólares por tonelada de emisiones de GEI, según el modelo de DNV(2), es crucial para impulsar un impacto ambiental y al mismo tiempo garantizar una transición justa y equitativa. Los ingresos generados pueden redistribuirse para aliviar los impactos económicos que afectan desproporcionadamente a los pequeños estados insulares en desarrollo y a los países menos desarrollados, quienes de otro modo soportarían la peor parte del aumento de los costos de transporte a medida que la industria se aleja de los combustibles sucios. Este apoyo financiero es vital para garantizar que ningún país se quede atrás en la transición hacia una industria marítima más limpia. 

 Más allá de abordar la equidad, el levy también desempeñará un papel fundamental para evitar una costosa dependencia a las tecnologías obsoletas como el almacenamiento de captura de carbono. Al proporcionar los incentivos financieros necesarios para la adopción de tecnologías más limpias, un levy ambicioso estimulará las inversiones en eficiencia energética y prácticas sostenibles, haciendo que la transición general sea más asequible y eficaz. Este enfoque financiará la modernización de barcos, la construcción de nuevas embarcaciones propulsadas por energía eólica y cerrará la brecha de costos entre los combustibles fósiles y las alternativas de cero emisiones, creando un cambio gradual y de menor costo hacia un futuro sostenible para el transporte marítimo. 

 El camino por seguir: una responsabilidad colectiva 

La OMI se encuentra en una encrucijada histórica en la que un enfoque integrado puede conducir a un escenario en el que todos salgan ganando tanto para la industria marítima como para la comunidad global. Al garantizar que la eficiencia energética, las normas mundiales sobre combustibles y un levy ambicioso y equitativo vayan de la mano, los gobiernos conducirían la industria hacia un futuro sostenible. Esta estrategia no sólo hará que la transición sea más fluida y rentable, sino que también desbloqueará nuevas oportunidades económicas y protegerá a los más vulnerables a la dinámica cambiante del comercio mundial. Al adoptar este enfoque triple, la OMI puede liderar el mundo en la acción climática, mostrando cómo el esfuerzo colectivo puede impulsar el progreso ambiental y económico. Aprovechemos este momento para trazar un rumbo hacia una industria maritima más limpia, más justa y resiliente. 

(1) Con la eliminación de cualquier organismo marino recogidoen lugar de volver a caer al agua, se evita la introducción de especies invasoras en el océano y se protege la vida marina. 

(2) MEPC 82/INF.8/Add.1 enviado a la session 82nda del Comité de protección del medio marino (MEPC)  de la OMI.